Te voy a contar algo. Soy maestra de Kundalini Yoga y siempre he pensado (porque lo son) que sus meditaciones son super efectivas. Creía que el secreto estaba en fusionar mantra, respiración, enfoque de ojos y mudra (que también es así). Lo que no sabía es que SÓLO practicando un mudra podía lograr tanto.

Hace unos años un mudra diferente a los que solía practicar en meditación llegó a mí.

Era un mudra para dormir.

En esa etapa de mi vida, nuestro hijo era muy pequeño y daba unas noches horribles. La realidad es que dormía fatal.

Decidí probarlo y fue mano de santo.

No te digo que mi hijo empezara a dejarme dormir toda la noche del tirón, pero al menos ya no me desvelaba y me dormía rápidamente después de darle el pecho o tras acunarlo mucho tiempo para que dejara de llorar.

Así empezó todo.

Después de eso, sólo quería saber más y más sobre los mudras. Hasta hoy.

A veces creemos que tenemos que hacer cosas complicadas para tener un efecto.

Yo descubrí que esto no es así y junto a David lo hemos plasmado en este libro.